Área de Chicago

Después de los asesinatos en Gage Park, la comunidad de San Gall ofrece sanación y Consuelo

Por Redacción Chicago Católico
lunes, febrero 29, 2016

La noticia del brutal asesinato de cuatro adultos y dos niños pertenecientes a la familia Martínez, en su casa en el barrio de Gage Park el 4 de febrero conmocionó a todos los habitantes de Chicago, pero particularmente a los católicos hispanos en esta ciudad, puesto que se trataba de parroquianos de la iglesia de San Gall, en el suroeste de la ciudad.

Fue en San Gall donde, el 14 de febrero, se realizó el servicio fúnebre de Rosaura Martínez de 58 años; su esposo Noé Martínez de 62; su hijo Noé Martínez Jr., de 38; y su hija María Herminia Martínez de 32, y de los niños Leonardo Cruz de 13 años y Alexis Cruz de 10, ambos hijos de Herminia y de Manuel Armando Cruz Jiménez, quien se encontraba en México aguardando los trámites para adquirir su residencia en Estados Unidos. Cruz Jiménez pudo venir después de la tragedia, por medio de una visa humanitaria.

A la fecha del cierre de edición aún se desconoce el motivo de este horrendo acto de violencia, pero el hecho despertó no solo la compasión, sino la solidaridad de la comunidad en general, que recaudó más de 26 mil dólares para sufragar gastos.

“De la comunidad aquí estoy muy orgulloso” nos dijo el padre Gary Graf, de San Gall. “Hicieron un hermoso trabajo de atender a la familia que viajó de México, darles de comer” agregó al referirse a Violeta, la hija del matrimonio Martínez y a Manuel Cruz, padre de los niños, que son los familiares que sobreviven.

“La parroquia estaba llena” nos comentó el padre Gary. “Sobre la gente que vino, la prensa habló de quinientos, pero fácilmente habría ochocientas personas aquí. Nadie vino a ‘ver cadáveres’, no vinieron para enterarse de cosas, de quién hizo qué, sino que vinieron para confortar a la hija que perdió a su familia. Fue una maravillosa, pacífica noche de sanación.”

“Fue tan hermoso ver a la iglesia haciendo lo que la iglesia tiene que hacer” agregó el padre Gary, quien agregó que, comprensiblemente, “el ánimo fue muy sombrío”.

El acto “removió muchos miedos aun cuando no se supieran detalles de la información” dijo el padre. “La hija que vive en México, Violeta, perdió una madre, un padre, un hermano, una hermana, dos sobrinos, y ella nunca ha vivido aquí, vino solo a identificar los cuerpos.”

Asimismo, el padre Gary dijo a Católico que el evento removió recuerdos desagradables a los hispanos que viven en Chicago. “Esto traumatizó a toda la comunidad, esta es una familia a la que le ocurrieron cosas que otras personas de la comunidad han experimentado en sus lugares de origen, así que quisieron acompañar a esta familia. Necesitaban desesperadamente decir a la familia que no están solos”.

Chicago Católico se une a la pena que embarga a la familia Martínez y a la comunidad de San Gall.

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