Área de Chicago

La Pastoral para Divorciados es un recurso a su disposición

Por Maryvel Torres/Pastoral para divorciados de la Oficina Arquidiocesana de Matrimonio y Familia
domingo, enero 31, 2016

En la Oficina Arquidiocesana de Matrimonio y Familia tenemos distintos programas y servicios para ayudar a las personas que están pasando por la experiencia de un divorcio. Programas enfocados tanto en la etapa del “duelo” como para aprender a crear y mantener relaciones saludables.

La capacitación para líderes es un tema muy importante. Trabajamos a nivel local con parroquias que están notando la necesidad de tener algo para personas divorciadas Qué sepan cuáles son las alternativas que podemos ofrecer. La capacitación para líderes está enfocada en el programa “El divorcio y más allá”, pero se puede ajustar a las necesidades que haya en esa comunidad en concreto.

Esta capacitación se lleva a las parroquias que estén interesadas. Todo comienza con la intención de iniciar una conversación, que me llamen a la oficina. Podemos platicar, saber cuál es la necesidad, que conozcan los recursos disponibles.

Además de lo que se ofrece directamente de nuestra oficina, hay otros recursos externos que pueden emplearse para responder a la necesidad de las personas.

El simple hecho de estar abierto a la realidad de que hay personas, familias que están viviendo la situación del divorcio es ya un paso importante. Claro, es algo que no se desearía a nadie. Incluso me gustaría enfatizar que cuando surge un conflicto en un matrimonio no quiere decir que el siguiente paso tenga que ser empezar el proceso de divorcio. Lo menos que quisiéramos es que las parejas lleguen a ese extremo. Pero claro, hay algunos casos en que después de haber considerado diferentes alternativas de cómo trabajar la relación, al no funcionar y ver que posiblemente sea lo mejor, entonces es la forma en que la Iglesia se hace presente en esos momentos vulnerables y sensibles en las vidas de las personas.

Entonces, lo ideal sería que una parroquia estuviera abierta al tema. También es importante saber que no todo el mundo tiene la respuesta a todas las preguntas. Estamos trabajando en una búsqueda juntos, no solamente la oficina, sino también la parroquia. Es importante dialogar y ver, identificar las necesidades para trabajar en colaboración y ver cómo responder. Sea iniciando un programa o servicio nuevo, por ejemplo.

Otra cosa importante es tener personas a nivel de liderazgo, personas comprometidas, serias, sensibles al tema que estuvieran disponibles para aprender qué es lo que tenemos, y nosotros también aprender de las experiencias que ellos han tenido.

Es un trabajo de colaboración, y todo esto se puede lograr si tenemos la luz verde del párroco. El apoyo expresado de diferentes maneras, por ejemplo que se anuncie en misa que hay un programa para divorciados, o que cuando se estén haciendo las oraciones se nos pida que oremos por las familias que estén pasando por dificultad y posiblemente estén pasando por un proceso de divorcio.

Las características de una persona que quiera capacitarse para ser líder, facilitador de este programa sería estar abierto al tema, tener deseo de aprender y trabajar en colaboración.

También es importante que tenga la disponibilidad y el tiempo. No es que le vaya a tomar demasiado tiempo, pero como todo ministerio, hay que dedicarle tiempo a aprender, conocer el material que tenemos. Ya luego se irá sintiendo más cómodo con el material.

Si el sacerdote desea hacerse parte del equipo sería formidable. De no ser así, porque sabemos que hay tantas responsabilidades que los sacerdotes tienen en su comunidad, entonces el tener su apoyo será suficiente. Lo ideal es tener también voluntarios laicos en el equipo. Hemos tenido diáconos, hemos tenido hermanitas. Es curioso porque ellas no han vivido tal experiencia, sin embargo el material que nosotros tenemos es una guía.

Porque la idea no es hacer una presentación, donde la persona, el facilitador esté hablando todo el tiempo. Más bien se trata de facilitar la creación de un ambiente seguro, donde haya la tranquilidad de que las personas no van a ser juzgadas, para que puedan compartirse las experiencias que están viviendo. Y sobre todo, aprender nuevas destrezas sobre cómo manejar las diferentes etapas de esta transición de una forma realista y saludable.

Algunos de los elementos que cubrimos en el entrenamiento es el tener un conocimiento de las diferentes etapas del duelo, teniendo muy en cuenta que se presenta algo muy general, no quiere decir que todo el mundo reaccione de la misma manera. Las emociones, los sentimientos no tienen lógica y no todas las personas son iguales. Vemos temas como la autoestima, el enojo, incluso etapas de depresión. Todo con la esperanza de llegar a ese lugar de aceptación y reconciliación no solamente consigo mismo, sino también con Dios. Esta es la parte donde la persona va reconstruyendo su vida. Es sumamente importante que las personas sepan que la Iglesia estuvo presente durante esos tiempos difíciles y también en esos tiempos donde se está levantando.

Es importante que las personas y las parroquias sepan que se puede hacer algo, que nuestra oficina esté disponible. Con gusto iré personalmente a la parroquia a platicar con el párroco o líder parroquial. Nuestro número telefónico está a su disposición: (312) 534- 8202.

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