Una tradición de la comunidad católica guatemalteca y latina en Chicago ha cumplido ya 31 años. La festividad del Señor de Esquipulas, conocido también como el Cristo Negro, tiene lugar cada mes de enero en la parroquia de San Alfonso, en 1429 W. Wellington Ave. Esta conmemoración, que año con año atrae millares de devotos en Esquipulas, Guatemala, se celebra en Chicago desde 1985, cuando después de muchas gestiones, el señor Ramiro Morales logró traer a esta ciudad una imagen del Cristo Negro. Un año después se sumó otro paisano guatemalteco, don Orlando de León. Este año la celebración tuvo un sabor agridulce, pues lamentablemente en agosto de 2015 falleció Orlando de León. Dado el estado de salud de Ramiro Morales no supimos qué iba a pasar con esta fiesta. En una conversación telefónica, la Sra. Olga de León, viuda de don Orlando, nos confirmó que la festividad seguiría. “Voy a continuar porque él me lo pidió” comentó doña Olga. “Me dijo ‘no dejes que caiga la tradición en San Alfonso’. En esa conversación nos aclaró que debido al estado de salud de Ramiro Morales, éste ya no participa activamente en la organización del evento, “pero siempre nos ayuda” agregó, “nos da consejos, siempre nos comunicamos con él.” La respuesta de los feligreses no se dejó sentir. “Cuando murió Orlando todos en el velorio decían ‘no deje que caiga esta celebración, cuente con nosotros’” comentó. “Ellos me están ayudando. El padre de la parroquia [Mike] O’ Connell también me preguntó si íbamos a seguir y le dije que sí.” Don Orlando fue velado en la misma parroquia de San Alfonso. “La iglesia estaba llena hasta el sótano” cuenta doña Olga, “de tanta gente que quería a mi esposo”. Nos dice emocionada que pusieron la imagen del Sr. de Esquipulas junto al féretro de don Orlando. La parroquia de San Alfonso abre sus puertas a la fiesta del Señor de Esquipulas el domingo más cercano al 15 de enero, cuando en Guatemala se celebra la fiesta. Este año tocó celebrar el día 17, un domingo con mucho frío que no impidió a los feligreses participar de la celebración. Esta vez la comunidad contó con la visita de un viejo amigo, el padre James Hurlbert, quien ahora oficia en la parroquia de Ascensión en Oak Park. “Fui sacerdote aquí en San Alfonso por doce años” nos dijo el padre después de misa, “y estuve en la silla presidiendo, viendo la figura del Señor de Esquipulas.” Sus antiguos parroquianos se acercaban a saludarlo, mientras el padre Hurlbert nos contó que había estado en Guatemala y la experiencia había sido muy importante para él. “Haber oficiado misa allá en el templo [de Esquipulas] fue muy poderoso” dijo. “Creo que tengo una apreciación mucho más profunda de lo mucho que significa para ellos.” “Es hermoso regresar y poder celebrar la misa con la comunidad aquí” dijo, “porque durante mi tiempo como pastor los guatemaltecos se reunieron en esta parroquia.” Momentos antes, durante su homilía el padre habló de la sed en su sentido bíblico: “Hay una sed espiritual que hay que colmar. La sed es señal de vida. Jesús muriendo en la cruz todavía tenía sed. Si no tienes sed en el sentido espiritual es que estás muriendo espiritualmente” dijo a los feligreses. Al finalizar la misa, con la emoción casi impidiéndole hablar, doña Olga de León agradeció el apoyo de la comunidad, al decidir que la festividad continúe. “Yo sé que Orlando allá en el Cielo está mirando” dijo. Parte de la tradición de cada año es que al terminar la misa la comunidad baja al sótano a un convivio con música tradicional y comida guatemalteca. Es posible ver a varios feligreses que visten orgullosos sus trajes tradicionales de Guatemala. La señora Anabela Gramajo es originaria de Quetzaltenango. Nos llamó la atención la blusa bordada en la tradición guatemalteca y nos acercamos a conversar. Tiene 26 años de vivir en Chicago, y desde que llegó se enteró de las celebraciones al Señor de Esquipulas y cada enero está presente. Cuando le preguntamos qué significa para ella que en Chicago se celebre la tradición del Sr. de Esquipulas, no duda en responder. “Es algo muy grande” dice, “porque es una tradición de nuestro país, y sobre todo, relacionado con nuestra fe que es muy importante. Me gusta participar, siempre traigo algo, siempre me visto así.” La festividad, por supuesto, atrae no solo a guatemaltecos. Carlos Hernández es mexicano, procedente de San Luis Potosí. Él y su esposa Guadalupe asisten cada semana a San Alfonso, pues viven en el área. “Acostumbramos venir a la celebración del Señor de Esquipulas cada año” dice, “celebramos con ellos. Es una festividad muy bonita, sobre todo la convivencia con otras comunidades, en particular los guatemaltecos, este es su santo patrono.” La señora Guadalupe agrega que esta celebración es también una forma de reforzar lazos con la comunidad católica. “La fiesta me parece muy bonita, sobre todo la convivencia que tenemos con las personas que vemos cada semana. Aparte conocemos nuevas personas, nuevas caras, porque hoy se llena la iglesia” afirma. Si usted quiere orar junto a la imagen del Señor de Esquipulas puede hacerlo cualquier día del año, siempre que la iglesia esté abierta. Regularmente está junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe. “La imagen de Esquipulas antes estuvo en el sótano de la iglesia” nos dice la señora Olga de León. “Allí se hacía su celebración, pero cuando mi esposo tomó la coordinación del señor de Esquipulas dijo, ‘¿por qué tenemos que tenerlo abajo? Pidamos que nos lo suban’. Nos decían que arriba no había lugar y los feligreses de México nos dijeron ¿y por qué no lo ponemos al lado de la Virgen? ¿Qué mejor que al lado de la mamá? Así que el señor de Esquipulas está junto a la Virgen de Guadalupe gracias a la cooperación de la gente de México.” La señora Olga es originaria de la capital de Guatemala, llegó a Chicago en 1969, el mismo año que don Orlando, quien era originario de San Marcos. Aquí se conocieron y se casaron. “San Alfonso ha sido mi parroquia por más de 25 años” nos platica, “gracias al Sr. Ramiro Morales, porque él fue el primero que nos llevó a la parroquia. Él tenía un restaurante y una vez que fuimos a comer nos preguntó si éramos de Guatemala. Nos dijo que le iban a traer una imagen del Sr. De Esquipulas desde Guatemala.” Décadas después, la señora de León cuenta orgullosa con el apoyo de una comunidad compuesta hispanos fieles al señor de Esquipulas, que no dejan que la tradición decaiga.